Un joven fue al lago a pescar cuando, mientras remaba en el bote entre algunos peces, de pronto… uno de ellos se convirtió en una sirena que se acercó a él amistosamente diciendo:
“Hola, ¿cómo estás?, ¿cómo te llamas?, ¿quién eres?”, a lo que el joven contestó: “Yo me llamo Nestor y he venido al lago a pescar”, y entonces la sirena le dijo: “Te regalo esta piedrita brillante y cada vez que salgas a pescar no tienes que olvidarte de ella, pero pesca sólo lo necesario y así serás muy feliz, pues esta piedra lleva consigo la suerte para atraer a los peces”, y en verdad sucedió que cada vez que el joven iba al lago encontraba allí abundante pesca, pero
a medida que pasaba el tiempo él sacaba del agua mayor cantidad de pescados, olvidando la recomendación de la sirena, hasta que en una ocasión el bote se hundió en el lago debido al gran peso de los peces que cargaba, y el joven murió ahogado por su ambición.
En la cultura aimara siempre se recomienda tener lo necesario, pensando en las futuras generaciones. La oralidad es el centro de su relación cotidiana y la suficiencia alimentaria no está orientada a la acumulación sino a la vida austera.
Verónica Julia Gálvez Condori