Las artesanas que trabajan con la Casa de la Mujer Artesana viven en las zonas rurales de Puno (Perú), sobre los 3,800 metros de altura. Ellas combinan el cuidado de la familia con la ganadería, la agricultura y el tejido. Son mujeres alegres, luchadoras y con muchas ganas de salir adelante.
Lucía Jalanoca de la localidad de Platería en Puno nos deja su testimonio.
Algunos dirán que somos débiles, otros dirán que solo soñamos y hablamos por hablar, pero la verdad es que cada día somos más fuertes y somos más. Sí, más Manuelas que decimos lo que sentimos, que trabajamos duro y parejo y que nos valoramos y valoramos nuestro trabajo.
Para Lucia Jalanoca Cutipa reconocer que su trabajo es importante, que tiene un valor, le ha permitido cambiar su vida y la de su familia “Particularmente yo con mi trabajo de artesanía he ayudado a mi esposo a construir la casa, y él sabe cuánto gano con mi trabajo. Cuando él tiene tiempo me ayuda con las labores de la casa. `Teje nomás, yo limpio la casa y lavo la ropa de los chicos`, me dice y mis hijos también me ayudan en casa. De esa manera yo me organizo con mi familia. El secreto es mostrarles también el dinero que uno gana así ellos también se sienten contentos. Mi hijito ya sabe cuándo me toca cobrar y me dice: `Mamita esta vez me compras una ropita o un juguetito`, y eso de darles sus antojos me da mucho gusto, me siento contenta”, nos confiesa Lucia.